Ilustraciones

EXPEDICIÓN AL CORAZÓN DE UN ÁRBOL

Lucrecia Piedrahita Orrego. Arquitecta. Museóloga.
Curadora de Arte.

“… Jamás encontré una mujer que fuera tan hermosa, como mis figuras de piedra, a una mujer que pudiera permanecer inmóvil durante horas, sin hablarle, como algo necesario que no precisa actuar para ser, que me hiciera olvidar que el tiempo pasa, puesto que ella sigue ahí. Una mujer que se dejara mirar sin sonreír ni ruborizarse, por haber comprendido que la belleza es algo grave. Las mujeres de piedra son más castas que las otras y sobre todo más fieles, sólo que son estériles. No hay fisura por donde pueda introducirse en ellas el placer, la muerte, o el germen del hijo, y por eso son menos frágiles. A veces se rompen y su belleza permanece por entero en cada fragmento del mármol, igual que Dios en todas las cosas, pero nada extraño entra en ellas para hacer que les estalle el corazón. Los seres imperfectos se agitan y se emparejan para complementarse, pero las cosas puramente bellas son solitarias como el dolor del hombre”.

Marguerite Yourcenar. El tiempo, gran escultor.

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